Por un lado, las estadísticas del sentimiento empresarial del mes de mayo cayó mucho más de lo esperado. La caída llega detrás de otras caídas, lo que hace caer el valor absoluto, influyendo en las expectativas, que también van a la baja.
La inestabilidad político-financiera de nuestro país supera a Grecia y ocupa la atención de los mercados internacionales. Afortunadamente empieza a cambiarse el discurso en la Eurozona respecto de España, se propone relajar la consecución de los objetivos de déficit público, que como tampoco conseguiríamos, al menos no se incumplirán. Otra preocupación es la recapitalización de los bancos, pasan los días y no se sabe de dónde saldrá este dinero, ni cuanto hace falta, sólo Bankia se ha manifestado en este sentido, es que nadie más necesitará dinero?
Por otro lado, se está informando sobre medidas de reactivación unidas a otras de austeridad que aseguren el recorte déficits. Además se empieza a escuchar indicadores que presentan puntos de inflexión, dejan de caer para volver a crecer, así lo hace el empleo o los futuros en la bolsa.
El BCE dispone de medidas ante un posible deterioro de la crisis en Europa, adicionalmente podría implementar medidas monetarias como aumentar la liquidez como ya ha realizado en el pasado, bajar los tipos de interés o comprar bonos. La incertidumbre existente en Europa pesa como una losa a mercados, empresas y consumidores, pero todo hace pensar que cada día estamos más cerca de despejar incógnitas, hoy parece posible llegar a la solución sin roturas, salidas ni otros bulos que han corrido por las organizaciones recientemente. Esto no significa que se descarte totalmente la intervención de los Bancos Centrales, pero en todo caso esto se percibe como algo positivo para la salida de esta situación.
Entonces si tenemos tantas variables conocidas, encima de la mesa, y los actores principales están coordinados adecuadamente, porqué no notamos que empieza a fluir el crédito a las empresas? O antes que eso, porqué no empieza el consumo privado de las familias? Probablemente hay agentes del mercado que no se creen alguna parte de la historia, piensan que no se ha hecho todo lo necesario para reordenar el sistema. Que nos digan éstos qué más hace falta para recuperar la confianza y arrancar de nuevo la rueda del consumo, como motor necesario para el funcionamiento correcto de una economía como la nuestra.
Estos cuatro años de Crisis nos han recolocado a todos, nos han enseñado a no desperdiciar nada, nos han recordado la importancia del esfuerzo, de los valores como la constancia o la tenacidad. Podemos seguir así más tiempo, podemos entender que el pasado no se puede repetir, pero debemos luchar para conseguir un ritmo industrial y comercial superior, que ayude a mantener en el mercado los negocios que ya están optimizados.