La Virtud es un espacio muy cotizado que todos anhelamos
alcanzar en diversos y variados terrenos de la vida. Por naturaleza lo
buscamos, aunque paradójicamente es nuestra propia fragilidad como seres humanos
la que a veces nos aleja.
Hay personas de fuertes convicciones, y otras que no tienen
opinión, a unos los califican de tozudos y a otros de transigentes; y a algunos
los definen como obsesivos y a otros tantos como despreocupados patológicos. ¿cuál es la mejor opción? ¿vivir
constantemente preocupado por cualquier cosa, o subsistir ajeno a todo los que
nos rodea?
Preocuparse es de persona inmadura y supersticiosa… En esta
vida no hay nada por lo que preocuparse: ni por el trabajo, ni por las
responsabilidades, ni por posibles enfermedades. Si lo peor que te puede pasar
es morirte, y eso pasará dentro de poco de manera inevitable, ¿de qué te puedes
preocupar si lo peor ya está asegurado? Nada temible hay en la muerte, sólo el
juicio que nos hacemos de ella.
La obsesión y la despreocupación desmesurada son dos
tendencias muy frecuentes que tienen su origen en el nivel de autoexigencia de
la persona. A mayor autoexigencia, más tendencia a la obsesión; a menor
autoexigencia, más propensión a la despreocupación.
Ser despreocupado no es la panacea. Aunque a priori uno pueda pensar que el
permanecer indiferente a todo comporta muchos más beneficios que perjuicios,
ser despreocupado también conlleva sus contratiempos. Se perjudican a sí mismos.
Tras la figura del pasota se encuentra un farsante. El pasota quiere hacer ver
que a él no le importa nada, pero no es verdad. En realidad, tiene mucho miedo y
lo disfraza con esa actitud.
No existen fórmulas milagrosas para dejar de torturase con
las obsesiones. La persona que las padece debe hacer un cambio filosófico
radical en su vida, como el que se salva de la muerte, para conseguir disfrutar
de las pequeñas cosas, de lo que tiene cerca...
Una buena manera de empezar sería dejar de preocuparse para
pasar a ocuparse. Si me ocupo, no me preocupo, por tanto no caigo en la
obsesión. Ni me despreocupo, por lo que evito frivolizarlo todo. No tengo miedo
y no me preocupo, disfruto increíblemente de lo que hago, hasta el punto de que
mi mejor ocio es trabajar!