miércoles, 26 de agosto de 2015

PREOCUPACIONES


La Virtud es un espacio muy cotizado que todos anhelamos alcanzar en diversos y variados terrenos de la vida. Por naturaleza lo buscamos, aunque paradójicamente es nuestra propia fragilidad como seres humanos la que a veces nos aleja.
Hay personas de fuertes convicciones, y otras que no tienen opinión, a unos los califican de tozudos y a otros de transigentes; y a algunos los definen como obsesivos y a otros tantos como despreocupados patológicos.  ¿cuál es la mejor opción? ¿vivir constantemente preocupado por cualquier cosa, o subsistir ajeno a todo los que nos rodea?
Preocuparse es de persona inmadura y supersticiosa… En esta vida no hay nada por lo que preocuparse: ni por el trabajo, ni por las responsabilidades, ni por posibles enfermedades. Si lo peor que te puede pasar es morirte, y eso pasará dentro de poco de manera inevitable, ¿de qué te puedes preocupar si lo peor ya está asegurado? Nada temible hay en la muerte, sólo el juicio que nos hacemos de ella.
La obsesión y la despreocupación desmesurada son dos tendencias muy frecuentes que tienen su origen en el nivel de autoexigencia de la persona. A mayor autoexigencia, más tendencia a la obsesión; a menor autoexigencia, más propensión a la despreocupación.
Ser despreocupado no es la panacea.  Aunque a priori uno pueda pensar que el permanecer indiferente a todo comporta muchos más beneficios que perjuicios, ser despreocupado también conlleva sus contratiempos. Se perjudican a sí mismos. Tras la figura del pasota se encuentra un farsante. El pasota quiere hacer ver que a él no le importa nada, pero no es verdad. En realidad, tiene mucho miedo y lo disfraza con esa actitud.
No existen fórmulas milagrosas para dejar de torturase con las obsesiones. La persona que las padece debe hacer un cambio filosófico radical en su vida, como el que se salva de la muerte, para conseguir disfrutar de las pequeñas cosas, de lo que tiene cerca...
Una buena manera de empezar sería dejar de preocuparse para pasar a ocuparse. Si me ocupo, no me preocupo, por tanto no caigo en la obsesión. Ni me despreocupo, por lo que evito frivolizarlo todo. No tengo miedo y no me preocupo, disfruto increíblemente de lo que hago, hasta el punto de que mi mejor ocio es trabajar!